lunes, 21 de noviembre de 2011

El cigarro de después

Una imagen que aparece en el decimotercero capítulo de la primera temporada de A dos metros bajo tierra.
Para contextualizar diré que se encuentran en la Iglesia, y David –uno de los hijos Fisher- ha dado un discurso evangélico en la misa:
En ti señor deposito mi confianza, que nunca me sienta avergonzado, y enséñame el camino de la rectitud. No permitas que me avergüence nunca –hace una pausa para pensar-. Hermoso concepto.  –ríe- Yo me he sentido avergonzado de mí mismo. Crecí pensando que no era digno ante los ojos de dios, en vez de confiar en dios para no ser un ignorante y asustado fanático. Y por causa de eso me he vuelto loco. Me he puesto yo solo en peligro, he cometido muchos errores. Grandes errores que podrían haber sido evitados si hubiésemos tenido fe. Fe en que dios fuese realmente amor como siempre decimos. ¿Cómo voy a ayudar a propagar el amor de dios por el mundo cuando me lo niego a mí mismo?

He de comentar que en este capítulo hacen mención a la peli Harold and Maude, única película a la que ya he dedicado algún apartado del blog, y de la cual me quedan varias citas por transcribir.

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